Aeropuertos

No hay nada mas terrible que la ausencia del cake matutino. Muchas de las aflicciones transatlánticas se deben a ésta explicable, pero no por eso menos terrible, ausencia de cake.

Pero, ¿cómo va a haber cake en el debido orden y regularidad, si el horario de los sacrosantos alimentos está fuera de tono?

Algunas veces me tocaba entrar a trabajar muy temprano, sobre todo cuando teníamos vuelo, y tenía que ir al aeropuerto a eso de las 5am. A esas horas ni pensar en comer algo, tan solo oler la comida tan temprano hacía que se me revolviera el estómago. Sin embargo, como yo estaba acostumbrada a comer algo al levantarme, me quedaba con una sensación de hambre y vacío, que aunque tomara café, no se quitaba sino hasta que se llegaba la hora de mi desayuno y soportaba por fin comer algo sólido.

Así es como me siento ahorita, y lo peor es que la hora de desayunar pasa y se va, y por mas que procure comer algo leve con regularidad, mi estómago tiene hambre a toda hora.

Ya casi voy a cumplir dos semanas en Escandinavia. Me encuentro de nuevo en el pueblito que está a una hora y media de la frontera con Suecia. Es paisaje está super blanco y nevado, y la temperatura es de -5 grados centígrados el día de hoy.

Hay cosas semi-contables sobre mi viaje. Es la primera vez que mi vuelo desde Guadalajara es con Mexicana en lugar de Aeromexico, y resulta que Mexicana no tiene convenio con KLM. Por lo tanto, tienes que hacer check-in en el DF, cosa que nunca me había tocado. El check-in en la Ciudad de México incluyó caminar muchísimo, pero al menos tuve la oportunidad de conocer al japonés del aeropuerto. Hiroshi Nohara ha hecho del aeropuerto su hogar, desde hace mas de tres meses, al estilo de "La Terminal". La diferencia es que él lo hace por voluntad propia. Hiroshi es muy amigable, sonríe cuando uno va y lo saluda para tomarle la foto.

Me despido por hoy, ya que parezco el Lonje Moco, empecé hablando de los cakes y terminé hablando del japonés. Au revoir.