Camila y el transporte público en Oslo

Foto viejita y reciclada, pero que tomé yo mismita en Oslo
Tengo una amiga de Brasil. La conocí cuando estudiaba noruego. Después de unos meses, se mudó a Oslo y la pobre batalló mucho para entender la cultura de la capital noruega. En mis muy escasas visitas a Oslo, me he dado cuenta de que los choferes del transporte público son exageradamente parecidos a los parisinos. ¡Groserísimos!

Yo lo que quiero creer, es que tuve muy mala suerte con la gente con la que me topé, porque los noruegos en general son personas muy lindas y amables, pero en fin. Lo que les quiero contar es sobre Camila y un chofer del cual se desconoce su nombre.

Camila es brasileira. Es alta, cabezo color cobre y lacio. Tiene unas caderas que siempre tienen a todos bobeando cuando la ven. También tiene un excelente sentido el humor, y también suele ser muy cómica cuando la hacen enojar.

En México, o mejor dicho en Guadalajara que es de donde yo vengo, el pasaje del camión urbano cuesta una cantidad X, digamos 7 pesos. Pagas 7 pesos y tienes derecho a sentarte en el camión en cuestión por cuanto tiempo quieras. De hecho, yo así es que conocí casi todo Guadalajara, con subirme a diferentes rutas y darles la vuelta entera hasta que me dejaban en el mismo punto en donde los había abordado. Sobra decir, que antes tenía muchísimo tiempo libre. En la Ciudad de México, pasa algo chistoso porque tienes que decirle al chofer a donde vas, y dependiendo de la distancia en kms, es la cuota que pagas. Entonces, ya le ha pasado a fellow tapatíos como yo, que solemos contestarle al chofer cosas como: Y a usted ¿qué le importa? cuando nos preguntan que a donde vamos. ¡Que pena! Le pasó al amigo de un amigo.

En Oslo, se paga (o pagaba, no sé) por horas. Es decir, compras en una maquinita, o le pagas directamente al chofer, un boleto sencillo que tiene validez por una hora. En teoría, si te apuras y haces tus pendientes rapidísimo, hasta puedes ir y regresar a tu casa con el mismo boleto, siempre y cuando sea dentro de la misma hora.

Camila, investigó todo con sus compañeros de trabajo, y luego hasta por internet. Lo que averiguó, es que los boletos sencillos por una hora, los pagas directamente con el chofer, y los pases por un día, por semana o por mes, se compran en máquina/kioskos designados, etc.

Un santo día, Camila fue de compras el centro y abordó un bus para regresar a su casa. En cuanto sube, un chofer de estatura mediana, tez morena, ojos saltones, Crocs en lugar de zapatos y cara de pocos amigos la miró con severidad. Ella de forma educada le dio un billete de 100 coronas y le dijo: - én takk.- (uno por favor). El tipo andaba de malas y en lugar de darle su boleto le gritó, en serio le gritó: ¡¿Un qué?! - así con voz ronca y a un volumen que hizo saltar en sus propios asientos a los demás pasajeros, quienes de inmediato miraron a Camila como si fuera una televisión.

Al notar que ella era el foco de atención, y que el tipo era el más grosero que ella había visto, le hirvió la sangre brasileira y le gritó al chofer: - ¿Un qué? Pero bueno,¿que vende usted? - y luego grita con voz aún mas aguda y fuerte: - ¿Pollos? ¿Vende usted pollos? - y así como para rematar: - Quiero un pasaje sencillo, soy una persona y usted no vende otra cosa. Si quiero un pasaje por el día entero, voy y lo compro a una máquina, que es lo que voy a hacer la próxima vez, para no tener que aguantar a un grosero como usted. -

Los poros de la nariz del chofer se inflaron y empezaron a bufar como si se tratase de un toro, Camila lo miró con la nariz en alto y después de unos tensos momentos, los pasajeros comenzaron a reírse y luego aplaudieron. El chofer le dio su boleto a Camila, y ella se sentó muy digna al lado de una chica que le hizo plática (inaudito en Noruega). Nunca se me va a olvidar la cara de Camila cuando me contó. Tiene un acento super cool, y luego dice: - What do you sell? Chickens????? La amo.

Comentarios

  1. Im so happy to see myself in your blog.
    I miss you a lot my friend.
    You are the best!!!

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    1. Haha, well the story about the chickens was worth writing about!

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