Cartas del pasado: ¡Ya tengo amigos!

A pesar de que ésta entrada la escribí a meses de haber llegado a Noruega, la verdad es que no la había publicado. Lo chistoso de la situación, es que no la había publicado porque no encontraba fotos que le quedaran, y siempre que lo veía listo en mis borradores decía: ah, cierto, LUEGO le pongo una foto y lo publico. En el "luego" pasaron años, me cambié de casa y ciudad y han pasado un montón de cosas más, así es que hasta hoy llegó el "luego", casi cuatro años después.

Les dejo mis palabras, sentimientos y costumbres de por allá de mediados del 2009.


Esta foto tampoco tiene nada que ver, pero luego les busco una que le quede al post

30 de Julio de 2009

Un sitio como éste tiene muchos nombres. Le llaman rincón cibernético, blog, bitácora, diario en línea, etc. Pero yo, yo le digo blog. Aquí escribo a la hora que quiero, sobre lo que yo quiero. Hay quienes piensan que es una locura o una pérdida de tiempo, pero yo le tengo un gran cariño. Me ha ayudado a escribir mejor y a mantener mi cabeza ocupada. Pero lo más importante, es que me ha hecho sentir empatía por parte de quienes me leen. ¡Chin, ya le llegó lo emo a María! Pues no, y tampoco traigo el SPM. Lo que pasa es que les quiero contar lo mucho que ha cambiado mi vida en los últimos meses aquí en Escandinavia, y se lo debo en parte a mi querido blog.




Como recordarán he puesto muchas series de fotografías de varios sitios a la vez. Para alguien que vive en el mismo lugar, es fácil reconocer el paisaje de inmediato y, fue así como una chica se dio cuenta de que vivíamos en la misma ciudad. Me escribió a mi correo, invitándome a tomarnos un café. Al principio me sorprendió, pero no por eso dudé en conocerla. Ahí mismo conocí a otras chicas de Chile, Perú, México, Argentina y hasta España. Desde entonces, no las suelto para nada.

Para empezar, es tan extraño abrir la boca y hablar español después de meses de no articular palabra en mi idioma, que fue como una liberación. Después del primer café, hubo un segundo, un tercero y varios mas. Me identifico muchísimo con todas, somos mas o menos de la misma edad y tenemos en común que la mayoría de los maridos son noruegos y/o ingenieros. Esto es un punto más a favor, ya que cuando hay reuniones en las que están las parejas presentes, entre ellos se ponen a platicar. ¡Sí! Aunque no me lo crean, noruegos que se acaban de conocer platican amistosamente. Increíble.

Cabe mencionar que, normalmente, entre noruegos no charlan entre ellos a menos que se conozcan por años, o sean obligados a convivir por el trabajo o la escuela. Y aún así, son reservados. Esto se debe a que son muy serios, antisociales, tímidos o una extraña combinación de todo lo anterior. Pero en este caso, tienen en común que viven con una chica cuya lengua materna es el español, que se queja de la comida noruega, que no se halla comiendo pan todo el día, entre sabrá dios cuantas cosas más. Así es que entre sus charlas de ingenieros, matemáticas y las extrañas chicas con quienes viven, pues tienen tema para rato.

Hace unos meses todavía me sentía extraña, pero ahora eso ha cambiado muchísimo. No sólo me siento comprendida, sino que he aprendido muchísimo de ellas. Es tan sencillo preguntarles en dónde encontrar tal o cual cosa, en lugar de quedar frustrada después de caminar por horas y no encontrarlo. Escuchar que no soy rara, por estar hasta el gorro del pan. El sonreír cuando alguien que no soy yo miente madres. Es la onda.

En fin, por esto y muchas cosas más, amo a mi blog.

Comentarios

  1. Y yo que apenas te leo a fondo, me lo he estado perdiendo. A mí me pasó igual cuando vivía en Noruega y de pronto conocí a un baterista mexicano al que le urgía mentar madres :)

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    1. Ah ¿ya ves? Eso me pasa por abandonar el blog durante más de un año :P

      Por eso mejor lo resucité, aunque tengo planes de cambiarle de nombre. ¿Qué tal suena Liza bor i Norge?

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