El ataque de las tetas vikingas. Primera parte

Hace muchos, muchos años (tres). En una tierra muy lejana…



Era la noche del 31 de diciembre, nos invitaron a pasar año nuevo en casa de, vamos a ponerle Lestat, porque su nombre real es nombre de vampiro de Anne Rice. Lestat es amigo de Rodrigo. Yo era la única mujer en la reunión, y como nueva que no hablaba el idioma, tuve que aguantar estar ahí sentada mientras todos charlaban en su dialecto. Sin perder el tiempo, como buenos vikingos empezaron a tomar, la mayoría eran cervezas aunque hubo quien llevó otras cosas. Por la docena cerveza, se les quitó lo tímido y empezaron a charlar conmigo. Hago el paréntesis para contarles que esa parte de la cultura noruega sigue molestándome. La gente normalmente no me dirige la palabra, según esto porque les da pena. Pero cuando están ebrios, TODOS quieren hablar conmigo, y a mi me choca lidiar con borrachos.

En fin, me la pasé regular. Salimos a ver los fuegos artificiales de la media noche, nos felicitamos por el año nuevo, etc. Yo no tomé mucho. Mi dosis de bebidas alcohólicas, es mas o menos la misma siempre, en cuanto estoy mareada lo suficiente para reírme de cualquier tontería, es buen momento. Una vez que llego a ese punto, casi siempre dejo de tomar o tomo muy despacio para no hacer teatros o desvaríos. Muy al contrario de mi sentido común, ¡todos a mi alrededor bebían sin parar! Parecía un estado de contingencia en el que si no tomaban lo que tenían enfrente, un troll gigante con garrote les cortaría su virilidad para luego asarlos en una fogata en el bosque.

Las latas y botellas empezaron a apilarse, al grado de que no cabía una sola más en la mesa. La borrachera era ya evidente, eran cerca de las 2am y yo estaba francamente aburrida. Ya nadie podía hablar inglés, arrastraban la lengua al intentar decir algo coherente, y yo en un intento por matar el aburrimiento, subí a charlar con la mamá del anfitrión, Lestat. La madre de Lestat es muy amable, tiene mirada jovial y se ve al menos 25 años más joven de lo que me dijo ser. La razón por la que estaba despierta, era que ella también celebraba el año nuevo, pero de forma mucho mas tranquila en compañía de unos coolers. Charlaba plácidamente con su novio, un joven polaco tan sólo un par de años mayor que Lestat. Me contó un poco sobre su vida, un poco de televisión, mientras Lestat, Rodrigo y los demás yacían ebrios un piso abajo.

Una hora después, decidí bajar a ver cuantos seguían en pie, después de todo, yo había sido invitada a la borrachera del sótano. Para horror mío, en cuanto bajé me informaron que iríamos a otra fiesta. La temperatura afuera era de -5°C y las calles estaban cubiertas de hielo. Lo que había tomado se me había bajado desde hacía buen rato, y lo único que quería era irme a dormir en mi cama calientita. Llamaron al único amigo sobrio que quedaba en la noche, y él nos llevó a la famosa otra fiesta.

(Continuará)

Comentarios

  1. Y las demas partes? cuantas son?

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  2. chiaaaaaaaaaa yo debería de estar contigo en al menos un par de pedas llenas de vikingos....groarrr quiero!!

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  3. y desde cuándo los vikingos son penosos? chale! bueno, en fin, esperaré la continuación de la historia. :)

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  4. Hola Anónimo,
    Son 3, se las cuento en el transcurso de la semana.

    Hola Pau!
    La pongo creo que hoy mismo.

    Hola Grape-Flavored,
    Pues ya estuvieras, porque se destrampan pero gacho.

    Hola La D,
    Aquí son SIEMPRE penosos, SIEMPRE.. cuando no están ebrios ni me saludan en la calle o se ponen rojos cuando yo los saludos. No sé en otras partes de Noruega, pero como vivo en un casi rancho, pues no es raro el comportamiento ranchero.

    Saludos!

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  5. Yo que puedo decir? aqui prefiero no acercarme porque la gente parece enojarse de que uno trate de hacer platica "sin sentido". Ya mencione en alguna ocasion que la frase que escucho mucho de mi esposa es: "does it make any sense"?

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  6. Pues, sí, pero si de por si me la paso como leprosa en las fiestas, sería tantito peor...

    ya viste la segunda parte, los pelos del ombligo?

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