Defensas

Todos tenemos mecanismos de defensa, los cuales funcionan en diferentes formas y a diferentes niveles, en mi caso trato de enfocar la atención de los demás en tonterías, para que no se den cuenta cuando tengo problemas, ya que mis problemas normalmente son solo míos, y así me gusta conservarlos hasta que los arreglo. Es raro que le cuente a alguien más de lo que me pasa, y me molesta adoptar ese papel de sufrimiento o víctima, ya que me gusta pensar que soy fuerte. Mis amigos mas cercanos son los que se enteran de lo que me preocupa, pero aún así, es muy raro que me ponga a llorar en el hombro de alguien, lo cual me convierte en alguien todavía mas raro de lo normal.

Pues bien, cuando aquí estaba escribiendo tonterías sobre el iPod touch, en la vida real mi abuelita estaba sufriendo un infarto cerebral, ella vivía sola por lo que cuando pasó tardaron en encontrarla tirada en su cuarto más de doce horas. Duró ocho días en el hospital, un hospital horrible del IMSS, y digo horrible porque se trata del mismo maldito lugar deprimente en donde hace años ví morir a mi madre. Pasé muchísimas horas con ella, ya que la guardia del día me tocaba a mí, y perdió tanto el conocimiento sobre quién es ella que se quitaba la ropa para querer correr desnuda por el hospital, los médicos tuvieron que amarrarla, y la mayor parte del tiempo aunque yo estuviera a su lado, no sabía quién era yo. Poco a poco fue recobrando la razón, pero no la movilidad del cuerpo, por lo que cuando la dieron de alta ya no pudo volver a vivir sola.

Así es que así las cosas, escribía aquí tonteria y media porque en la vida real me dolía mucho ver que mi abuelita no me reconociera, afortunadamente mes y medio de cuidados intensivos y mucha paciencia le devolvieron la razón a mi abuelita. Ahora me siento muy satisfecha por haberla tratado tan bien y con tanta paciencia y amor. Y como éste párrafo ya está empezando a sonar como si fuera yo una víctima/heroína y no lo soy, mejor ya no digo nada.

Es curioso, pero aunque era muy pesado cuidarla, ahora que está en una casa de retiro la extraño mucho. Cada quién tiene que seguir su propio camino, y cuando vuelva a Noruega la voy a extrañar más, pero me siento satisfecha de que ese infarto cerebral le dió justo cuando yo andaba acá, y tuve la oportunidad de cuidarla y hacerla sentir querida, y me siento infinitamente feliz y agradecida de que no sucedió cuando yo estuviera lejos sin poder hacer nada.

Comentarios

  1. Comprendo lo que dices, entiendo esa parte de ti a la que le gusta guardarse las cosas, a la decisión de hablar poco de problemas (personalmente creo que yo aburriría y/o mortificaría a la gente si les contara todos mis problemas).

    Y también sé de qué hablas cuando dices que agradeces el que lo que haya tenido que pasar, pasara cuando estabas ahí. No sabes cuántas noches se me va el sueño pensando y pidiendo a Dios que nos les pase nada malo.

    Un abrazo muy fuerte. En los momentos difíciles contar con alguien de tu entereza es muy importante.

    Saludos

    ResponderBorrar
  2. Hola Norma,

    Sí, yo sé que soy muy afortunada porque haya pasado cuando yo estoy aquí, y cada día que veo que mi abuelita está mejor (ya hasta caminó después de que no movía las piernas) me da mas gusto haber podido estar con ella. Muchas gracias por tu comentario, tu familia estará bien, ya lo verás.

    ResponderBorrar

Publicar un comentario