Compras en enero

En Guadalajara yo siempre tenía la costumbrita de irme de compras navideñas en enero, y aquí al parecer no va a ser la excepción ya que mañana me dispongo a ir con Wenche de nuevo de compras por el pueblito escandinavo. Navidad no solo tiene todo lleno de gente, sino carísimo y con el precio inflado, pero eso es del dominio público y al parecer también es un fenómeno mundial.

Ya solo me quedan unos días mas en este lugar de ensueño, hasta siento lástima de que ya me regreso a Oslo después de mis vacaciones de un mes por acá, ya que aunque Oslo es una ciudad y yo toda mi vida he vivido en ciudad, cosas como el tráfico son cosas que definitivamente NO extraño nunca.

En Guadalajara diariamente tenía yo que manejar una hora y media para ir y venir del trabajo. No tengo que recalcar que quedé hasta el gorro, y ya llegaba histérica a mi hogar y sin paciencia para nada. Aquí el tráfico es cuando te toca ver un auto del sentido contrario del camino y ya.


Hasta voy a recordar con nostalgia cuando llegando veía unas cosas blancas (como las de la foto) y no sabía que eran. Se trata de pasto conservado para que las vacas no coman alimento congelado.

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